Eso es lo que considera la colega Tiscar Lara, periodista, conferenciante y profesora, que conoce bien el terreno de ese mundo digital que parece absorberlo todo, la información, las personas y hasta la realidad. Incluso en tiempos de crisis, o precisamente con mayor razón ahora, porque la búsqueda de trabajo pasa irremisiblemente por Internet. “Marca personal: Cuando el producto eres tú”, titula su ponencia que ofreció en el Santander Social Weekend. Y eso vale para todo, para vender un producto, una empresa o el currículo.
–Las redes sociales construyen un escaparate de nuestra vida demasiado íntimo…
–En estos tiempos de sobreexposición pública en las redes sociales, cada vez es más fácil construir una marca personal donde el producto somos nosotros mismos en cuanto a la confianza y credibilidad que seamos capaces de generar. Sin embargo, esa misma facilidad conlleva riesgos y no todo contribuye a la generación de una imagen positiva en los demás. Es por ello imprescindible tener una estrategia clara de creación de valor y posicionamiento en el ámbito digital.
–O sea, saber venderse…
–No hay una varita mágica, pero sí una serie de reglas que siempre funcionan: crear y compartir contenido de calidad para ser relevante en el sector que nos interesa, mantener un cierto ritmo de actividad, tener una actitud de escucha y ser receptivo a las respuestas de los demás, y sobre todo, ser auténtico en todo lo que digamos y hagamos. En definitiva, se trata de ser constante en la estrategia de generación de valor y honesto en lo que se muestra a los demás.
–Ha sido distinguida como una de las TOP 100 Mujeres Líderes de España, ¿cómo lo ha logrado?
–Sería mejor preguntarle a las personas que me nominaron, además de las muchas más que me votaron para salir en esa clasificación. Por mi parte, quiero creer que se debe al reconocimiento a una trayectoria como pionera en el ámbito digital, por ser una de las primeras mujeres bloggers en España manteniendo un blog propio desde que lo abrí en Harvard en 2003 y por haber trabajado en social media desde entonces tanto como profesora de periodismo en la Universidad Carlos III de Madrid como más tarde siendo vicedecana de Cultura Digital en la Escuela de Organización Industrial.
–Dicen los agoreros que a las redes sociales no les quedan ni 10 años…
–Las redes sociales tal y como las conocemos hoy en día seguramente desaparezcan mucho antes de esos diez años, de igual forma que han desaparecido otras plataformas web por la propia evolución de la tecnología, las leyes y los patrones sociales. Lo que sí está claro es que, aunque tengan otros nombres e interfaces, evolucionarán hacia nuevos usos que hoy en día no somos capaces de prever. Las aplicaciones desaparecerán y se transformarán en algo nuevo, pero el aprendizaje y la práctica desarrollada en ellas permanecerán como base para nuevas funcionalidades en el futuro.
–¿Cree en el llamado periodismo de redes sociales?
–Partimos de la base de que se puede hacer periodismo en redes sociales como en cualquier otro canal porque lo importante es el hecho periodístico en sí. No obstante, las redes sociales aportan un valor diferencial al entorno mediático y es la capacidad de masa crítica, viralidad e interacción que aportan tanto para su tratamiento como fuentes de información, como por su rol como receptores de mensajes, si lo planteamos desde un modelo más clásico del periodismo. Sin embargo, aportan algo mucho más potente al convertirse en emisores con capacidad de información e influencia directa en tiempo real desde cualquier punto del planeta. A esto debemos añadir la riqueza que puede generar el big data de los flujos de información en las redes como material para un mejor conocimiento del acontecer social, ya que permiten comprender comportamientos complejos y hacer predicciones a corto y medio plazo.
–Las redes sociales han facilitado la vida, pero también han traído muchos problemas.
–Fundamentalmente han mejorado la capacidad de comunicación y relación entre las personas, lo cual tiene efectos en todos los órdenes sociales, desde la política a la economía, pasando por el periodismo o la sanidad. No me atrevería a decir que han empeorado nuestro modo de vida como tal, aunque sí es cierto que introducen un elemento de complejidad en las cuestiones relacionadas con la privacidad, la intimidad y la seguridad que debemos ser capaces de controlar con un uso prudente y estratégico. De hecho, casi todos los problemas que se asocian a las redes sociales tienen que ver con una mala utilización en esos ámbitos. Por eso es tan importante tener una formación integral en competencias digitales.
Crédito: José Carlos Rojo