“Yo también amo a Mao”

Nota de Redacción: Antonio Espinal es un periodista nativo de Mao, República Dominicana, que comenzó su carrera como corresponsal en este pueblo. El Nacional se lo llevó a Santo Domingo, donde laboró como Sub-Jefe de Redacción y Jefe de Redacción de la Revista ¡Ahora!. Emigró a Estados Unidos y fue durante siete años Director del diario Noticias del Mundo. Ha obtenido numerosos reconocimientos, como el Primer Premio Shell de Periodismo, en el país, y que el Concejo Municipal de Nueva York proclamó el “Día de Antonio Espinal en la Ciudad de Nueva York” en reconocimiento a su labor allí. En el 2015 fue reconocido como Hijo Meritorio del Municipio de Mao, por el Ayuntamiento y el Comité de Historia de Mao.

© Por Antonio Espinal
www.antonioespinal.com

Entrada de Mao-ValverdeNueva York.- Hace mucho tiempo que no voy a mi pueblo de Mao, donde mi madre Aurora me trajo a la vida, mi madre Eufracia me enseñó a sentarme y a amar a los demás y mi madre Tita me ayudó en la educación. ¡Qué orgullo de tener el amor de tres madres!. Y de un pueblo que todavía me recuerda por haberle dado lo mejor de mi pluma, hasta el punto de que no me arrancaron la cabeza, porque encontraron que estaba muy sostenida al cuerpo.

Soy de Mao y amo a Mao como tú, lector. Nací y me crié en el Batey, que ahora llaman Barrio Don Bosco.  Dormía en un catre pegado con almidón y me fascinaba caminar descalzo sobre el suelo de barro del bohío de yaguas donde me crié y tenía el privilegio también de escoger entre tres casas para comer. Y qué divertido era ver el panorama por los orificios de las yaguas, que eran mis minúsculas ventanas en la casa 51 de la calle 15.

Y lo que más gozaba era ver pelear a Aurora, Eufracia y a Tita por cual yo iba a escoger para comer. Era difícil de elegir entre el rico manjar que se preparaba en las tres piedras del fogón de Eufracia, el anafe de Aurora o la estufa de Tita. O sea que podía elegir entre lo más pobre, lo del medio o el ambiente de clase media, aunque siempre me quedaba en el primer plano. Fue parte de la naturaleza humilde que me ha quedado en el recuerdo de mi adolescencia.

Por eso, cuando el Concejo Municipal neoyorquino proclamó para mi orgullo el “Día de Antonio Espinal en la Ciudad de Nueva York”, por mi trabajo por el bien de la comunidad hispana aquí, tuve que tomar 18 minutos para explicarle al Alcalde qué era una letrina y él se pasó otros 18 minutos riéndose a carcajadas al saber lo que se hacía en la misma. Incluso me dijo, no sé si en broma, que cuando visitara República Dominicana, me iba a invitar para que yo lo llevara a una letrina. Si no me cobran muchos impuestos aduaneros, a lo mejor le traiga una al regresar aquí.

Yo me desarrollé en el periodismo en Mao, trabajando como corresponsal de El Nacional, El Sol y los noticieros La Situación Mundial, de Ramón de Luna y Minucha, en Santiago, y Radio Comercial, que dirigía Radhamés Gómez Pepín, actual director de El Nacional. El Dr. Freddy Gatón Arce, director de El Nacional, y Rafael Herrera, Director del Listín Diario, publicaron que yo era el mejor corresponsal provincial dominicano.

Ey, pero no crean que todo se quedaba en las piedras del fogón de mi casa del Batey. Mi trabajo en el periodismo me permitió colarme en la sociedad maeña, donde aprendí que no había diferencia entre nuestras pieles, que yo sabía hablar su idioma para entendernos, en la misma forma en que me entendía con mi gente del Batey.

Y establecí una relación muy estrecha con personas importantes con quienes pasaron a ser mis mejores amigos como el Dr. Norman Ferreira y su esposa Lucía, Luis Bogaert Díaz, Fineta Bogaert , Bertha Gertrudis Bogaert y su esposo Cornelio Bouma, que tuvieron la confianza de emplearme a cargo del Seguro Social y como pagador de las nóminas de miles de trabajadores en la antigua Finca Bogaert.

Otros grandes amigos que recuerdo con mucho cariño son Rafael Díaz, que era el Jefe de los trabajadores en la Finca Bogaert; el Dr. Darío Tió, Fabio Núnez, Dr. Rafael Rodríguez Colón y su maravillosa esposa doña Pancha; Guarionex Aquino, Dr. Fernando Ferreira Azcona, los locutores Gabriel e Inmaculada Peña, Chedin de Crespo, Nicelia Fernández, Daniel Antonio Colón (Lucero), Julián García y su esposa Querida, José Manuel Taveras y su esposa Mirtha, Juan Agustín Taveras, Dra. Estela Gonzalez, Polo y Elida Pacheco y sus hijos, etc etc etc.

Y aunque reconozco que fui un mal estudiante, tuve como profesora a la maestra más bella de Mao: Lavinia del Villar. Por igual, tuve el privilegio de arrancarles sonrisas a las princesas de mi pueblo Thamara Rodríguez, Yanetsita de Moya y Miledys Peña.

Si bien, disfruté a plenitud el cariño de mi pueblo, por otro lado trataron de quitarme la vida por lo que escribía y molestaba a las autoridades de aquellos tiempos. Me encarcelaron, me acusaron, pero al final me declaracon “inocente” de los cargos gracias a la intervención de mi gran amigo el jurista santiagués Ramón Antonio –Negro– Veras.

El Dr. Freddy Gatón Arce, Director de El Nacional, me convenció para llevarme a la capital, donde me asignó a cubrir la muerte del Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó y dos de sus compañeros, Heriberto Lalane José y Alfredo Pérez Vargas, en el paraje Nizaíto, sección la Orma de San José de Ocoa.

Un año después, en medio de una serie de reportajes investigativos sobre quienes estaban detrás del negocio de la prostitución en Santo Domingo, trataron de nuevo de matarme. Lo mejor que hice fue emigrar a Nueva York, donde trabajé en principio como Corresponsal de El Nacional a tiempo de que escribía una columna para El Diario La Prensa. Cuando surgió el nuevo diario Noticias del Mundo, me ofrecieron trabajar como Editor Metropolitano y después de un tiempo me ascendieron a Director de la edición de Nueva York.

En el 2007 me mudé para Pensilvania. El colega periodista y escritor José Carvajal  me preguntó en una entrevista que me hizo en el 2009, el porqué yo había abandonado a Nueva York. Le respondí que solo estaba de vacaciones. La entrevista, titulada “El Periodismo agridulce de Antonio Espinal” fue incluída en su libro “A quien pueda interesar”, que trata de los dominicanos que viven en el barrio Washington Heights, de Manhattan. La entrevista puede leerse en línea en http://mao-en-el-corazon.blogspot.com/2009/09/entrevista-con-antonio-espinal.html

Nunca he olvidado a Mao. Lo amo y siempre lo amaré mientras vida tenga.
Seguiremos en contacto por esta vía.

 

About Antonio Espinal

Periodista Investigativo y Editor de varias publicaciones en español. Especializado en tecnología de Internet. Presidente de ITS Websites LLC https://itswebsites.com/wp/
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