¿Dónde están los burros de Mao?

© Por Antonio Espinal
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Los burros de Mao-ValverdeEn los primeros años de mi adolescencia, mi madrastra Josefina Minier de Monción me enviaba a buscar plátanos, yuca, frutas y guineos a una finca de Boca de Mao, en un burro propiedad de su padre Don Juan Minier. Tenía dos árganas, en cada una de las cuales se colocaban los productos. Eran unas cuatro horas agradables cabalgando aquel animal que desafiaba a sus detractores demostrando que en realidad era inteligente, haciendo creer que yo tenía las riendas, pero era él quien iba y venía sin mi control.

Al entregar los productos, me quedaba con el burro de Don Juan para buscarle agua a mi abuela Eufracia. Mi madrastra tenía en su casa de Hatico agua que llegaba por las tuberías del acueducto y electricidad como cualquier hogar de clase media, pero mi abuela Eufracia no tenía esas comodidades en El Batey. La luz provenía de lámparas de gas llamadas “jumiadoras” que eran testigos silenciosos de mis largas noches de estudios con libros prestados que debía devolver al otro día. Y el agua tenía que buscarse al canal Bogaert.

Llegaba a la orilla del caudaloso canal que llamábamos La Zanja, cruzando por la casa de don Toribio y doña Hortensia, padres de Juan de Jesús Santos, propietario del hotel Agua Azul. En La Zanja casi siempre encontraba a las amigas de mi madre Aurora y de mi abuela Eufracia lavando ropas que estregaban contra las piedras enclavadas en la orilla, también preparaban fogones para hervir y devolver casi su estado natural a las sábanas y ropas blancas.

Mis amigos de El Batey, que ahora ellos llaman Barrio Don Bosco, aprovechábamos el viaje para bañarnos en esas aguas frescas, tirándonos de cabeza desde la parte alta de la orilla y nadando hasta que se nos ponían los ojos rojos. Hembras y varones nos bañábamos juntos, creo que con poca ropa y a veces a lo adán y eva. Ahora entiendo porqué nacían tantos niños en el barrio. Aquellos fueron “nuestros años felices”.

Cuando regresaba del canal, mi padre Benito Monción me mandaba a pie al mercado del pueblo a comprar pollos y verduras. En el mercado encontraba estacionados una fila de burros que los campesinos utilizaban para traer sus productos a la ciudad. Los burros eran muy comunes desplazándose por las calles de todo Mao. Creo que habían más burros que automóviles.

Las verduras, plátanos, yuca, frutas, guineos, etc que llegaban al mercado eran transportados en burros o caballos. Los comerciantes los compraban en las fincas y los traían al mercado o a sus establecimientos comerciales.

Los burros de Mao-ValverdeLos burros era un medio de transporte interno muy importante. En ellos se movían los productos desde el campo hasta los puestos de venta al por menor. Otros productos se llevaban también en burros para vender a los consumidores directamente en las casas.

Hace unos días, conversé con mi hermana Xiomara y le hablé de mi nostalgia por las cosas de mi pueblo en aquellos hermosos tiempos y se burló de mi a carcajadas cuando le hablé de los burros. “Mi hermano, aquí ya no hay burros. Los pocos que quedaban los recogieron en camiones y se los llevaron al Zoológico para alimentar a los tigres y leones”.

Xiomara me dijo que otros burros han tenido mejor suerte, como aquellos dos en la Zona Infantil del parque Zoológico Nacional Dominicano, que fueron unidos en matrimonio. Fue una boda inusual, cuando los burros Niña y Ramón contrajeron matrimonio ante la magistrada Adonis Flores.

Un equipo de entrenadores bañaron a la pareja de burros y les pusieron un velo a Niña y un corbatín de “frac” a Ramón, poco antes de que una multitud de niños y adultos, les acompañara en su desfile nupcial ante la magistrada Flores, en un escenario decorado con globos rojos y blancos y el tema “Mi Burrito Sabanero” de fondo retumbando en todo el pabellón infantil.

Las costumbres van cambiando, y cada día nueva tecnología inunda nuestro mundo, relegando al olvido profesiones, oficios y formas de vida que fueron esenciales en el pasado. Algunos, solamente han cambiado de nombre, otros perdieron su puesto en la sociedad sustituídos por una máquina, o a causa de un sistema económico que prefiere convertir a un burro en comida de fieras en lugar de utilizarlo como animal de carga.

Los burros de Mao-Valverde
Los burros estaban a cargo de llevar mercancías y personas de un lugar a otro, pero han sido substituidos por bicicletas, motoconchos, camiones y camionetas. Antes había grandes negocios que disponían de camiones para el transporte. Otros negocios más pequeños tenían uno o más burros que se movían siempre entre las mismas poblaciones.

Para mi gente de El Batey, el burro era en realidad el mejor amigo del hombre, ya que quien lleva ese título –el perro– es por lo general un animal que tenemos que alimentar con parte de nuestra comida y nos alegra moviendo su cola o ladrándole a los vecinos ruidosos, pero el burro se puede mantener solo con hierba y está disponible para ayudarnos con las tareas cotidianas de carga o transporte.

Aunque la llegada del teléfono celular, las computadoras, Internet y la modernización de correos y compañías de envío de mercancías, relegaron a mi burro poco a poco al olvido. Lo único que me han dejado es la nostalgia.
Los burros de Mao-Valverde

NOTA: Agradezco a mi gran amigo Vinicio Castillo, arquitecto, pintor, profesor de arte e ilustrador nativo de Mao, haberme permitido utilizar las gráficas que ilustran este artículo. Pueden disfrutar otras obras de Vinicio en http://vinicio-castillo.artelista.com

About Antonio Espinal

Periodista Investigativo y Editor de varias publicaciones en español. Especializado en tecnología de Internet. Presidente de ITS Websites LLC https://itswebsites.com/wp/
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