La JCE no quiere que yo vote

Tic-Tac New York
© Por Antonio Espinal

Hace muchos años, cuando trabajaba como corresponsal de El Nacional en Mao, mis amigos iban a la Junta Central Electoral dominicana a sacar o renovar su cédula de identificación personal y se la entregaban en menos de una hora. A veces se tomaba más tiempo, dependiendo del caso y el volumen de personas que buscaban el servicio.

Y en aquellos hermosos tiempos, la cédula y otros documentos de identidad se procesaban usando máquinas de escribir manuales, las mismas que yo usaba para escribir las noticias que enviaba al periódico. Imagínense que mi colega Marcelino Cabrera me preguntó hace poco en Facebook, que qué era una máquina de escribir.

No estoy criticando a Marcelino. Lo menciono para dar a entender que las máquinas de escribir han desaparecido y que un periodista como él de la nueva generación no ha usado esas antiguedades, porque estudió dentro de todos estos revolucionarios cambios tecnológicos que llegaron con las computadoras y sus parientes más cercanos.

Vivimos en un mundo tecnológicamente muy avanzado y sin que se interprete como algo político, agradezco al presidente Leonel Fernández que haya introducido muchos de los cambios que han experimentado las oficinas públicas dominicanas. El Consulado de Nueva York, por ejemplo, es un ejemplo de esos adelantos en la prestación de servicios.

Usted va al Consulado dominicano y en un par de horas más o menos ya tiene el pasaporte biométrico, protegido con nuevos dispositivos de seguridad que no pueden ser alterados “con lo cual la República Dominicana” responde a los nuevos estándares internacionales”, según explicó el cónsul en Nueva York, Rafael Evans.

En el mismo edificio del Consulado dominicano funciona la dependencia de la Junta Central Electoral. Pero aquí la historia es diferente: supongo que para tramitar la nueva cédula tienen primero que enviar un investigador privado a mi lugar de nacimiento, entrevistar a todos los que conocían a mis padres, para asegurarse de que el lunar que tengo cerca del ombligo es auténtico, que nunca ha sido falsificado.

Su cédula estaría lista dentro de unos sesenta días, me dijo una amable empleada de la Junta, quien se excusó por las siete veces en que se desconectó la comunicación entre red de computadoras locales y las de la capital dominicana. Algunos quisqueyanos que buscaban el mismo servicio, dijeron que se debía a los apagones en Santo Domingo.

Cada día entro a la página web de la Junta a ver el estado de mi cédula y leo que si quiero votar en el exterior el 20 de mayo del 2012, tengo que inscribirme antes del próximo 16 de diciembre. Pero como mi cédula me la darían el 31 de diciembre, me impedirán votar. Por eso creo que la Junta no quiere que 82,608 solicitantes como yo, votemos.

La Junta da la siguiente explicación en su página web: “¿Por qué tarda tanto entregar la Cédula a un nuevo inscrito? Le informamos que los documentos depositados por usted deben ser verificados, luego procesados y validados. La Junta Central Electoral está haciendo los esfuerzos necesarios para agilizar la verificación de las Actas, y de esa manera el tiempo para la entrega de la cédula será corto.”

Corto significa sesenta días que me dijeron yo tendría que esperar por mi nuevo documento.
Ahora espero que entiendan porqué  extraño los tiempos de las máquinas de escribir, en que esos documentos se procesaban en dos horas o menos.

Publicado en El Nacional, Santo Domingo, R.D., Nov 19, 2011.

About Antonio Espinal

Periodista Investigativo y Editor de varias publicaciones en español. Especializado en tecnología de Internet. Presidente de ITS Websites LLC https://itswebsites.com/wp/
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